El Ministerio Fiscal y la acusación particular del caso del turista
inglés acusado de homicidio en grado de tentativa, Mark P.M.,
aumentaron ayer a diez, en el juicio celebrado en la Sección
Segunda de la Audiencia Provincial de Palma, la petición de cárcel.
Los hechos ocurrieron en junio de 2001, cuando tres turistas
ingleses de vacaciones en la zona de Cala d'Or agredieron con al
menos un cuchillo a un joven español que paseaba a su perro junto a
su novia, causándole graves heridas que podían haberle producido la
muerte.
Por su parte, el letrado de la defensa, Carlos Portalo, pidió
una pena de un año y seis meses de prisión al entender que la
agresión del inglés de 19 años supone un delito de lesiones con el
atenuante «provocado por la ingesta de bebidas alcohólicas». El
aumento de la petición de cárcel solicitada por la acusación y la
fiscal se debe a que ambas consideran que la presencia de un tercer
inglés en los hechos implica una agravante de superioridad en la
agresión. En cualquier caso, ni el segundo ni el tercer turista
inglés, del que no se ha terminado de probar su presencia, están
acusados en el juicio.
Asimismo, en la mañana de ayer la defensa citó a declarar al
médico de guardia en el hospital de Manacor en la noche de los
hechos, quien hizo una revisión médica al acusado. En este sentido,
el médico testificó que el acusado británico se encontraba
«bebido», aunque «sin ningún déficit neurológico» por lo que era
consciente de sus actos, a pesar de la ingesta de bebidas
alcohólicas. Igualmente, al final del juicio declaró el acusado,
quien manifestó con la ayuda de un intérprete: «Reitero lo que dije
en mi declaración de que no me acuerdo de lo que sucedió. Pero no
tenía intención de herir a nadie y lo siento mucho por el
chico».
Rodrigo A.R., un joven de 24 años y camarero de profesión se
disponía a pasear a su perro, acompañado por su novia por la calle
de s'Espalmador poco antes de la una de la madrugada y cuando
acababa de terminar de trabajar. En ese momento, el acusado junto a
otros dos jóvenes turistas ingleses salían de un complejo de
apartamentos con al menos un cuchillo en su posesión. Según la
acusación, se cruzaron con la víctima y sin mediar palabra le
agredieron cuatro veces con el cuchillo que portaban, dos veces en
la cabeza y otras dos en las piernas. Sin embargo, la víctima se
rehizo y gravemente herido pudo reducir al agresor, mientras
reclamaba junto a su novia la presencia policial.
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