La Policía descartó tras las primeras investigaciones la
posibilidad de un accidente o un suicidio, porque, según las mismas
fuentes, «los impedimentos físicos de la víctima le imposibilitaban
para acceder a la zona desde la que cayó». Para llegar hasta el
lugar de la caída, el fallecido debería haber superado un
«quitamiedos» de la carretera, haber plegado y arrojado la silla y
después arrojarse él mismo. Durante toda la noche de autos y el día
de ayer la Policía investigó los hechos e interrogó a amigos,
familiares y conocidos de la víctima, lo que dio como resultado una
rueda de reconocimiento en la que varios testigos reconocieron a
F.M.M. como la persona que acompañaba al fallecido la noche de su
muerte.
El ahora detenido declaró a la Policía que vio por última vez a
la víctima sobre las 21:00 de la noche del miércoles, mientras que
los testigos que le reconocieron aseguraron haberlos visto juntos
sobre las 22:00 en un bar de la Avenida de Santa Eulàlia, en donde
tuvieron una fuerte discusión. F.M.M. es familiar del fallecido y,
según la Policía, «una de las personas de su confianza» que
habitualmente «le ayudaba en sus desplazamientos con la silla de
ruedas». Las mismas fuentes apuntaron al robo como móvil del
asesinato, porque los familiares de la víctima declararon que el
fallecido llevaba en el interior del calzado dinero, documentación
y una cartilla, objetos que no han sido hallados. Su hermano fue
detenido hace años por otro crimen en Eivissa.
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