Sin embargo, la pena tiene en cuenta la circunstancia atenuante
de la drogadicción manifiesta del condenado. Una circunstancia que
provoca que el acusado realizara estos hechos «teniendo sus
facultades intelectivas y volitivas alteradas debido al consumo de
sustancias estupefacientes», según afirman los magistrados a la
hora de redactar la sentencia condenatoria.
Los hechos sucedieron el día 28 de abril de 2001. En esa fecha,
el condenado se encontraba en la localidad de San Antonio. En una
intervención policial, los agentes realizaron un registro al
acusado en el que le encontraron cinco 'papelínas' de cocaína con
un peso total de 3'441 gramos, así como 35'588 gramos de cannabis
sativa, tipo resina que estaba dividido en 10 trozos.
Posteriormente, en un registro realizado en su domicilio con el
preceptivo mandamiento judicial, los efectivos policiales
encontraron otras cinco 'papelínas' de cocaína, con un peso de
3'941 gramos y otros 127 gramos de cannabis sativa tipo resina, que
igualmente tenía intención de vender, según se declara como hechos
probados.
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