La empresa funeraria trasladó los restos mortales de la niña hasta el instituto anatómico forense

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El Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía está investigando si una de las patas de la máquina de cambio que el viernes cayó sobre una niña en Porto Pí Centro falló y provocó el accidente mortal. La investigación policial todavía no ha concluido y en las diligencias participan agentes de la Policía Científica, que precintaron la máquina y la examinaron con detenimiento, a fin de conocer más detalles sobre lo ocurrido. El aparato mide aproximadamente un metro y setenta centímetros y pesa más de cien kilos.

A la espera de los resultados de la autopsia, todo parece indicar que la pequeña Rachel Braun Schiedam, de cuatro años, sufrió un golpe tremendo en la cabeza al ser golpeada por la máquina y ese fue el motivo por el que falleció minutos después. Sin embargo, cuando los equipos sanitarios llegaron a la sala de juegos la niña tenía aún constantes vitales e incluso los médicos estuvieron a punto de reanimarla en un par de ocasiones, aunque finalmente murió. La noticia del terrible accidente no tuvo ayer gran repercusión en los medios de comunicación holandeses, de donde era natural Rachel, a excepción de algunas cadenas de televisión que le dedicaron pocos segundos en sus informativos.

Uno de estos medios señaló que la familia Schiedam había llegado a Mallorca hacía muy pocos días y que su intención era pasar unas cortas vacaciones recorriendo la Isla. El hecho de que el viernes lloviera durante buena parte de la mañana motivó que Johny, el cabeza de familia, decidiera llevar a su mujer y sus dos hijos, de cuatro y nueve años, a las instalaciones cubiertas de Porto Pí. Los hermanos comenzaron a jugar en aquella área infantil y de repente la máquina que cambia billetes por monedas se desplomó sobre Rachel, delante de su familia y de otros testigos, que quedaron terriblemente impactados.