Un toxicómano ha sido detenido por la Guardia Civil del cuartel de
Artà acusado de robar en una casa de aquella localidad y después
quemarla. Los investigadores creen que prendió fuego a la vivienda,
cuyos propietarios estaban en esos momentos ausentes, para no dejar
huellas.
Los hechos ocurrieron en la tarde del pasado sábado, cuando un
individuo con antecedentes policiales se dirigió a un domicilio de
la calle Rafael Blanes, que al parecer sabía que estaba vacío. Sus
moradores habían bajado a Palma y el individuo pudo emplearse a
fondo sin temor a ser sorprendido. Una vez en el interior se dedicó
a registrar contrarreloj todas las dependencias, en busca de joyas
o dinero en efectivo, y finalmente se apoderó de alhajas valoradas
de 6.500 euros (más de un millón de pesetas) y de gran valor
sentimental para sus propietarios. A continuación, y antes de huir,
el asaltante prendió fuego a la casa y salió precipitadamente por
la puerta principal, antes de que el humo fuera visible.
En los minutos siguientes las llamas fueron extendiéndose y los
vecinos, al advertirlas, pidieron ayuda a la Policía Local y los
bomberos, que se desplazaron a la calle Rafael Blanes conjuntamente
con la Guardia Civil. Uno de los residentes se puso en contacto
telefónico con los propietarios de la vivienda en llamas, que se
dirigieron de inmediato a Artà con un gran susto y muy alterados
por las nuevas noticias. Las tareas de extinción se prolongaron a
lo largo de casi una hora y la casa sufrió cuantiosos daños, no
sólo por el fuego, sino también por el denso humo y por las
ingentes cantidades de agua que tuvieron que arrojar los
bomberos.
Los efectivos policiales que inspeccionaron el domicilio
descartaron desde el principio que las llamas se hubieran declarado
de forma accidental, ya que la puerta de entrada presentaba muescas
de un destornillador o una palanca y era evidente que acababa de
ser forzada. Así pues, los esfuerzos policiales se centraron en
montar un dispositivo de 'cerrojo' para localizar al pirómano, del
que se presumía que no podía andar muy lejos y que, en efecto, fue
interceptado en una calle próxima, con las joyas robadas en su
poder. Ante estas pruebas abrumadoras, el individuo fue trasladado
al cuartel y ayer por la mañana prestó declaración en los juzgados
de Manacor. Luego, al parecer, ingresó en prisión.
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