Los daños en la planta baja de la calle Rafael Blanes son millonarios. Foto: MARGALIDA FUSTER

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JAVIER JIMÉNEZ-MARGALIDA FUSTER Un toxicómano ha sido detenido por la Guardia Civil del cuartel de Artà acusado de robar en una casa de aquella localidad y después quemarla. Los investigadores creen que prendió fuego a la vivienda, cuyos propietarios estaban en esos momentos ausentes, para no dejar huellas.

Los hechos ocurrieron en la tarde del pasado sábado, cuando un individuo con antecedentes policiales se dirigió a un domicilio de la calle Rafael Blanes, que al parecer sabía que estaba vacío. Sus moradores habían bajado a Palma y el individuo pudo emplearse a fondo sin temor a ser sorprendido. Una vez en el interior se dedicó a registrar contrarreloj todas las dependencias, en busca de joyas o dinero en efectivo, y finalmente se apoderó de alhajas valoradas de 6.500 euros (más de un millón de pesetas) y de gran valor sentimental para sus propietarios. A continuación, y antes de huir, el asaltante prendió fuego a la casa y salió precipitadamente por la puerta principal, antes de que el humo fuera visible.

En los minutos siguientes las llamas fueron extendiéndose y los vecinos, al advertirlas, pidieron ayuda a la Policía Local y los bomberos, que se desplazaron a la calle Rafael Blanes conjuntamente con la Guardia Civil. Uno de los residentes se puso en contacto telefónico con los propietarios de la vivienda en llamas, que se dirigieron de inmediato a Artà con un gran susto y muy alterados por las nuevas noticias. Las tareas de extinción se prolongaron a lo largo de casi una hora y la casa sufrió cuantiosos daños, no sólo por el fuego, sino también por el denso humo y por las ingentes cantidades de agua que tuvieron que arrojar los bomberos.

Los efectivos policiales que inspeccionaron el domicilio descartaron desde el principio que las llamas se hubieran declarado de forma accidental, ya que la puerta de entrada presentaba muescas de un destornillador o una palanca y era evidente que acababa de ser forzada. Así pues, los esfuerzos policiales se centraron en montar un dispositivo de 'cerrojo' para localizar al pirómano, del que se presumía que no podía andar muy lejos y que, en efecto, fue interceptado en una calle próxima, con las joyas robadas en su poder. Ante estas pruebas abrumadoras, el individuo fue trasladado al cuartel y ayer por la mañana prestó declaración en los juzgados de Manacor. Luego, al parecer, ingresó en prisión.