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M.G.Z., de 24 años de edad, había llegado a la Isla hacía unas semanas y se alojaba en un hotel de Alcúdia, donde trataba de pasar totalmente desapercibido.

Sin embargo, no se trataba de un turista normal, sino que se había desplazado a Mallorca con la intención de poner en circulación 18.000 euros perfectamente falsificados y que a buen seguro no habrían sido detectados salvo en bancos o entidades especializadas. Pero desde que llegó hasta que fue detenido, hace pocos días, el extranjero desarrolló una actividad frenética para blanquear el papel moneda que había traído, por lo que se dedicó a pagar en establecimientos con los billetes de cien falsificados. Las compras que realizaba eran escasas y alegaba no tener cambio, pues de esta forma le devolvían más dinero de curso legal y la estafa era más ventajosa.

Su único cometido diario consistía en visitar el mayor número posible de tiendas, cafeterías y locales, y los empleados que le cobraban casi nunca detectaban que los billetes eran falsos, ya que la transacción se hacía de forma rápida y el papel era bueno. De hecho, se trataba de manipulaciones muy logradas y sólo la codicia de M.G.Z., que los distribuyó masivamente, permitió destapar el asunto. La Guardia Civil empezó a recibir denuncias e informaciones sobre pagos con euros falsos y abrió una investigación para aclarar su procedencia y, sobre todo, saber quién los estaba introduciendo.

La investigación no fue fácil, pero al final los investigadores pudieron seguir la pista del joven polaco y el pasado día 11 fue detenido en la zona de Pollença. Los agentes obtuvieron una orden de entrada y registro en la habitación del hotel de Alcúdia que había alquilado y fue allí donde encontraron los 18.000 euros falsos dispuestos para ser colocados en establecimientos de aquella zona. Durante la inspección también se intervino un ordenador portátil propiedad del sospechoso, y ahora se está tratando de averiguar si utilizó la computadora en la estafa masiva o si contaba con más compinches en Mallorca.

Esta es la primera estafa a gran escala detectada en Mallorca desde que entró en vigor el euro, aunque en la zona de Calvià y Andratx se había descubierto que unos turistas utilizaban monedas de Thailandia para pagar, ya que son muy parecidas a las europeas, aunque de valor inferior.