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Bernardo Bonet García, un mallorquín de 32 años de edad, lleva seis días en huelga de hambre frente a la puerta de la sede principal de la ONCE, en Madrid, exigiendo que se le readmita en el trabajo. Antonio Bonet, el padre de Bernardo, explicó que su hijo es casi ciego y llevaba 14 años trabajando como vendedor de cupones de la ONCE. Sin embargo, hace algunos meses la organización decidió despedirle, porque le imputó una serie de irregularidades económicas y que no entregaba el dinero que correspondía.

«Mi hijo sufre ludopatía y es cierto que a veces se gastaba el dinero, pero explicó el problema y se comprometió a devolver todo lo que debía», señaló el padre, que también era vendedor de cupones. Como Bernardo no puede realizar otro trabajo más que vender cupones, decidió demandar a la organización, pero lo hizo demasiado tarde y la demanda había prescrito. Al quedar sin trabajo, y como él colaboraba en la manutención de la familia, «fuimos desalojados de un piso que teníamos alquilado en el Coll d'en Rabassa y nos hemos tenido que instalar en casa de una hija mia», cuenta el padre, que esta mañana tiene previsto marcharse a Madrid para sumarse a la protesta, en forma de huelga de hambre, que inició su hijo el pasado lunes.

El padre explicó ayer a Ultima Hora que su hijo duerme en la calle en Madrid. «Es un poco vergonzoso y no se ha atrevido a desplegar una pancarta que yo le hice antes de irse. Pero cuando llegue yo me pondré junto a él y colocaremos la pancarta». Antonio explicó también que se mantiene en contacto telefónico con su hijo y que éste lo único que le ha pedido es que le lleve algunos enseres de limpieza. «Lleva seis días sentado frente a la puerta». El primer día que llegó a la sede de la organización, según el padre, no le dejaron ni tan siquiera entrar.