«Estoy casi casi en la calle por haber querido ser buena». Una
mujer de nacionalidad peruana que trabaja y reside en Palma ha
denunciado en un juzgado de Palma a dos personas «que creía que
eran amigos», por echarla de su casa.
La denunciante alquiló una pequeña vivienda de la calle Miquel
Alemany Rosselló de Cala Major el 15 de febrero del año 2000, en la
que vivía y espera «seguir haciéndolo» hasta el pasado día 20 de
junio. Trece días antes ofreció poder pasar unos días en la casa,
hasta que encontrasen un piso, a una pareja que acababa de llegar a
la Isla y trabaja en su misma empresa. Como compensación le dieron
algo de dinero, que está dispuesta «a devolver».
No obstante, días después se produjo una discusión entre la
arrendataria y el hombre que había acogido en su casa. Al día
siguiente, al regresar la denunciante a la vivienda se encontró que
habían cambiado la cerradura de la puerta y no podía entrar.
En ese momento decidió denunciar los hechos en los juzgados de
Palma y lleva dos semanas viviendo en un garaje anexo, que también
figura en el contrato de alquiler, «sin agua y con muy poca luz».
La mujer espera que el juez interceda «cuanto antes para poder
volver a mi casa».
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