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La situación en las regiones del este de Alemania afectadas por las inundaciones sigue crítica e incluso empeora en algunas zonas, lo que hace pensar al Gobierno que los daños ascenderán a miles de millones de euros. Mientras tanto, Praga y sus casco histórico resisten a las riadas, que están remitiendo pero que ya han ocasionado una catástrofe. La capital sajona, Dresde, sobradamente castigada en los últimos días por las inundaciones, afronta una nueva crecida del caudal del Elba, cuyo nivel se espera pueda alcanzar los nueve metros -lo normal son dosa lo largo de la próxima noche.

A las tragedias personales -diez muertos en Sajonia desde que comenzaron las inundaciones- se sumarán daños materiales de miles de millones de euros, una carga que el Estado no podrá asumir sin la ayuda de la población. El canciller, Gerhard Schröder, volvió hoy a apelar a la solidaridad de la población y a la cooperación entre todos los estados federados al afirmar que en estos momentos lo que se necesita es un «esfuerzo nacional». El Gobierno desembolsó ya la primera parte de los cien millones de ayuda inmediata acordados ayer, que los municipios más afectados van a repartir entre los damnificados.

No obstante, y aunque el programa de ayudas comprende otros tantos millones en créditos blandos y 10 millones de euros de respaldo inmediato a agricultores gravemente perjudicados, el canciller reconoció hoy que, una vez que se haga una evaluación profunda de los daños, harán falta miles de millones para la reconstrucción. El canciller Schröder no quiso hablar de cómo se podrán sufragar los gastos ni mucho menos si la catástrofe podía poner en peligro el cumplimiento de los criterios del Pacto de Estabilidad Europeo. «Es algo que no me interesa en absoluto», dijo.