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Una mujer de 91 años de edad ingresó el pasado fin de semana en el hospital de Son Dureta, donde los médicos, tras realizar un análisis de sangre, detectaron que tenía restos de opiáceos, es decir, había consumido alguna sustancia estupefaciente. La mujer fue conducida al hospital por varios familiares que, al parecer, habían detectado un cambio de carácter y un empeoramiento en su estado de salud, pero desconocían los motivos de esta situación. Los médicos la ingresaron en la Unidad de Cuidados Intensivos para controlar más de cerca a la mujer. Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula cuando se descubrió en la analítica sanguínea que la paciente tenía restos de sustancias estupefacientes. Los médicos informaron de este descubrimiento a la familia. Al parecer, existe un familiar muy cercano a la mujer que es consumidor habitual de drogas y, además, se da la circunstancia que ella siente una especial predilección hacia esta persona. Por tanto, se sospecha que el joven podría haber sido la persona que podría haber facilitado la droga a esta mujer, aunque no se sabe a cambio de qué. La policía ha iniciado una investigación y esta previsto que se tome declaración al sospechoso. De momento, la mujer continuará ingresada en el hospital.