El tren de Inca descarriló ayer en la estación de Son Bordils, en
el tramo del nuevo empalme, aunque por fortuna los 50 pasajeros que
viajaban en el interior no resultaron lesionados.
El ferrocarril había salido a las 14.10 horas de sa Pobla y se
dirigía, en primer lugar, a Inca y luego hacia Palma. A su paso por
aquellos terrenos, que todavía están en obras y donde se ha
emplazado la bifurcación del nuevo tren de Manacor, dos ruedas de
la máquina se salieron de la vía y el tren descarriló. «Fue como la
sensación que provoca una parada en seco con el freno de
emergencia», explicó ayer la portavoz de Serveis Ferroviaris
refiriéndose al momento del accidente, que aconteció a las 14.22
horas. El tren circulaba a velocidad de maniobra, es decir, de
forma lenta, y por ese motivo las consecuencias del incidente no
fueron de consideración. Los pasajeros pudieron salir por su propio
pie de los vagones y fueron trasladados en autocares hasta sus
destinos. El operativo de emergencia se puso en marcha mucho tiempo
después, cuando bomberos y Guardia Civil acudieron a Son Bordils,
mientras los operarios recolocaban el tren y, por otra parte,
impedían el acceso de los periodistas de este medio al convoy.
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