Tras bajar el nivel del mar dos metros, subió y superó el nivel de la calzada en Palma. FOTO: PERE BOTA

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J.JIMÉNEZ/P.MATAS/G.PICÓ
Un terremoto de 6'7 grados en la escala Ritcher que sacudió Argelia, donde causó 100 muertos, se dejó notar ayer tarde en toda Mallorca y provocó una auténtica reacción de pánico entre la población, que desbordó a los servicios de emergencia con miles de llamadas telefónicas. A pesar del gran nerviosismo, no se registraron heridos ni daños materiales de consideración en edificios, pero al cierre de esta edición el seísmo había provocado una peligrosa subida de la mar en la zona de Llevant, especialmente en Porto Cristo y Cala d'Or.

A las 20.44 horas, una sacudida muy intensa, con el epicentro a 30 kilómetros de la capital, sorprendió a los habitantes de Argel y la ciudad quedó sumida en el caos. Segundos después, la onda amortiguada de aquel temblor llegó a las Islas, primero a Eivissa, luego a Mallorca y por último a Menorca. Eran las nueve menos cuarto y el terremoto, que duró unos diez segundos y alcanzó unos 3.5 grados en la escala Ritcher, alarmó sobremanera a miles de ciudadanos.

En Palma, por ejemplo, la centralita telefónica de la Policía Local y la de los bomberos quedaron saturadas a consecuencia de la avalancha de llamadas de vecinos que aseguraban haber visto moverse muebles de su casa. El pánico entre algunos afectados fue tal que llegaron a salir a la calle en pijama, tal y como ocurrió en la plaza Serralta o cerca de Pere Garau, según explicó un portavoz del cuartel de San Fernando.

Pero la incertidumbre y el nerviosismo no golpearon sólo a la capital balear, sino que también se extendieron por toda Mallorca, en especial en Inca, Muro, Manacor, Sóller, Porto Cristo y sa Coma. La Guardia Civil y el centro de emergencias del 112 no dejaron de recibir llamadas durante media hora, y algunos comunicantes explicaron que se habían mareado.