La Guardia Civil se ha anticipado a una estafa millonaria con
tarjetas de crédito que tenía como víctimas potenciales a numerosos
turistas que visitan Mallorca estos días. Una banda formada por
búlgaros había ideado un sistema muy moderno y casi infalible para
«clonar» tarjetas sin que el veraneante lo advirtiera: habían
conseguido teclados falsos que iban a colocar sobre los cajeros, de
manera que el cliente apuntaba su número secreto en ese panel
pensando que era del banco y en realidad esa información pasaba a
un ordenador controlado por los estafadores.
Kiril E.T., de 25 años, Kiril P.L., de 33, y Rosen Y.K., de 29,
llegaron el martes al aeropuerto de Son Sant Joan en un vuelo
procedente de Sofía, la capital búlgara. Ninguno de ellos tenía
antecedentes en España y habían contratado un paquete turístico
para pasar desapercibidos, pero los agentes del aeropuerto
detectaron que portaban entre sus pertenencias sistemas
informáticos y electrónicos demasiado sofisticados para ser de unos
simples turistas. Los tres ciudadanos del Este fueron separados del
grupo y en un minucioso registro se les encontró bocas dobles de
cajeros, paneles para marcar los números, un ordenador portátil,
tarjetas «vírgenes» y cableado. Su objetivo, según explicó ayer
Félix, uno de los agentes que ha participado en la operación, era
colocar los teclados falsos en varios cajeros, preferiblemente los
fines de semana, cuando hay menos vigilancia. Los turistas que
marcaran su número secreto dejaban el código pin en manos de los
hampones, que con un potente ordenador conseguían transferir los
datos de una tarjeta legal a otra vacía. Así, se conseguían
duplicados perfectos y los turistas no se enteraban del fraude
hasta que pasaban varias semanas, cuando los búlgaros iban a estar
ya muy lejos. La Guardia Civil considera que con esta operación se
ha abortado una estafa masiva «y muy perjudicial para la imagen de
Mallorca».
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