Los bomberos de Manacor tuvieron que sacar el cadáver de entre los hierros del coche, que quedó destrozado. Foto: JOSEP MARIA SASTRE

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La víctima mortal circulaba a bordo de un vehículo marca Rover-MG, con placas de matrícula 3480-CBB, de gran potencia. Una de las ruedas delanteras era de menor tamaño que las otras, ya que era la que se utiliza como repuesto provisional cuando se presenta un pinchazo. Sea por ese motivo o por otro, sobre las 15.50 horas el turismo invadió el carril contrario en un tramo recto de la carretera y se estrelló contra un camión.

En el coche, el impacto más brutal se registró en el lateral del conductor y el joven, según explicaron los bomberos, quedó destrozado. Los sanitarios del 061 intentaron reanimarlo para evacuarlo al hospital, pero fue inútil. Las tareas para extraer el cadáver de entre el amasijo de hierros se prolongaron por espacio de media hora y, mientras tanto, el subsector de Tráfico reguló la circulación porque se estaban acumulando retenciones, en especial en el carril en dirección a Manacor. El subsector de Tráfico de la Guardia Civil abrió una investigación para determinar qué había pasado y la principal hipótesis es que el deportivo efectuó un adelantamiento y no tuvo tiempo de regresar a su carril.

La colisión, que fue tremenda, aconteció en las inmediaciones de la gasolinera de Montuïri y el Rover quedó encajado bajo la cabina del vehículo pesado, un Iveco Zepro IB-7761-BB. Los conductores que se encontraron con el siniestro pidieron ayuda desde sus teléfonos móviles y el dispositivo de emergencia, formado por ambulancias del 061, la Guardia Civil, Bomberos de Manacor y Policía Local de Montuïri, se puso en marcha sin demora. El piloto del camión resultó contusionado en un hombro, pero su estado no revestía excesiva gravedad. Su vehículo, en cambio, resultó con el cristal delantero, la cabina y los bajos muy dañados. Sobre el asfalto era visible la gran frenada del Zepro, que no fue suficiente para evitar la colisión.