Dos encapuchados atracan un banco de Can Picafort y escapan con el botín

Los delincuentes cubrían sus rostros con sendos pasamontañas y esperaron a que no hubiera ningún cliente en el interior de la oficina. Entonces, sin dar tiempo a reaccionar, se dirigieron hacia los dos empleados que estaban realizando el arqueo y les gritaron que se tiraran al suelo, añadiendo el ya clásico «Esto es un atraco». A simple vista, ninguno de los dos desconocidos portaba arma de fuego o navaja, pero los testigos no pudieron asegurar que no las escondieran entre sus ropas. Sea como fuere, los ladrones se hicieron con una determinada cantidad de dinero y a continuación salieron a la calle, donde se subieron a un coche y escaparon a toda velocidad en dirección desconocida. Las víctimas del atraco, tras recuperarse del susto, activaron la alarma y al poco tiempo varias patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local acudieron hasta el banco.

De forma paralela, otras dotaciones montaron controles en las principales salidas de Santa Margalida y se difundieron las características del coche en el que habían huido, por si alguna unidad lo localizaba en las cercanías. El operativo se desplegó con prontitud y fue exhaustivo, pero los resultados fueron negativos. En este sentido, tal y como ha ocurrido en otras ocasiones, los investigadores no rechazan la posibilidad de que el primer vehículo que utilizaron para escapar fuera abandonado y que la pareja se subiera a otro para seguir con la fuga.

La Policía Judicial de la Guardia Civil de Pollença se hizo cargo de las diligencias y los agentes se entrevistaron con los dos empleados de la sucursal bancaria, para conocer todos los pormenores del asalto. De esta forma, se pudo concretar con qué ropas vestían y qué acento tenían. La hipótesis que se baraja es que se trata de delincuentes fichados, con antecedentes policiales, y la detención de los dos implicados podría estar próxima.