La sorpresa fue mayúscula. Los agentes de la Unidad Territorial de
Costas (UTC) de la Policía Local de Manacor se encontraron ayer con
un caso que no ocurre muy a menudo: el de un presunto «narco» que
se arrepintió de forma voluntaria y, sin venir a cuento, confesó
que guardaba 200 gramos de cocaína en su bar de s'Illot.La historia
fue confirmada y ahora se encuentra detenido.
El pasado martes los agentes municipales tuvieron noticias de
que una mujer había denunciado a su marido por un caso de violencia
doméstica. El acusado era F.M.S., de 39 años, y al día siguiente,
es decir, ayer, los funcionarios lo localizaron por la mañana en
una calle de s'Illot (Manacor). Se acercaron a él para hacerle
algunas preguntas relacionadas con la denuncia que había
interpuesto el día antes la mujer y lo notaron algo confuso,
presumiblemente bajo los efectos del alcohol. En un momento dado de
la entrevista, y de forma totalmente inesperada, el individuo les
hizo una revelación que cogió por sorpresa a los policías. Admitió
que se dedicaba a la venta de sustancias estupefacientes y, para
demostrarlo, se ofreció a acompañarles hasta su bar de s'Illot,
donde según su propia versión guardaba una cantidad considerable de
cocaína.
Los funcionarios de la Unidad Territorial de Costas (UTC) no se
lo pensaron dos veces y siguieron a F.M.S. hasta ese
establecimiento. Él mismo lo abrió con su llave y guió a los
agentes hasta donde tenía escondidos 200 gramos de cocaína,
distribuidos en pequeñas bolsitas. Allí también se encontró una
balanza de precisión, presuntamente utilizada en sus actividades
ilícitas. Con todos aquellos indicios, los agentes procedieron a la
detención inmediata del traficante confeso, que continuó con su
talante colaborador y no ofreció resistencia en ningún momento.
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