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E. PRESS-RÍO DE JANEIRO
La Secretaría de Seguridad brasileña investiga la posible implicación de policías militares en el asesinato de 30 personas, la mayor matanza registrada en Río de Janeiro.

Asimismo, informó de que trabaja con «la fuerte hipótesis» de que los hechos, registrados en la madrugada del jueves al viernes, en los municipios de Nova Iguacú y Queimados, en la región metropolitana de Río, hayan sido una reacción contra el arresto de ocho agentes de ese cuerpo detenidos por otras dos ejecuciones.

Según las primeras informaciones, los crímenes los ejecutaron cuatro hombres que ocupaban un automóvil y las primeras víctimas fueron nueve personas que se encontraban en un bar, entre ellas tres menores de siete, 13 y 14 años.

Los asesinos dispararon indiscriminadamente contra las decenas de personas que estaban en el lugar, y según los testimonios recogidos, también escogieron sus víctimas al azar. Según medios locales, ninguna de las víctimas tenía vínculos con el narcotráfico u otra actividad delictiva, sino que las ejecuciones se realizaron al azar.

La mayor matanza registrada hasta ahora en Río de Janeiro se registró en 1993 en la favela Vigario Geral, donde 21 personas fueron asesinadas a balazos por unos 30 hombres, la mayoría policías militares y casi todos absueltos por los tribunales.

Según la apreciación de la Secretaría de Seguridad, lo ocurrido la madrugada del jueves fue una venganza por la detención de ocho agentes de esa corporación policial por el asesinato de dos hombres en la noche del miércoles.

La Secretaría de Seguridad afirmó de que continuarán limpiando a la Policía Militar de «todos aquéllos que no honraren sus uniformes y distintivos, se envolvieren en crímenes o cometieren actos bárbaros».