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Los cinco menores detenidos esta semana en la «Operación Voltor» contra la sustracción de ciclomotores habían acordado un pacto de silencio para no colaborar con la Guardia Civil o la Policía Local de Lloseta, lo que ha dificultado las investigaciones.

Pese a todo, los agentes de los dos Cuerpos están ultimando el operativo, y ya han recuperado cinco ciclomotores que habían sido robados y eran vendidos por piezas. Uno de los zagales implicados, al saberse buscado, desapareció de su casa y dejó una nota manuscrita para su hermano, en la que sostenía que él había cambiado y ya no cometía actos delictivos. Cuando fue localizado, sin embargo, acabó confesando uno de los robos. La Fiscalía de Menores ha sido informada de los resultados de la operación. Algunos de los chavales están a punto de cumplir los 18 años, lo que podría complicar mucho su situación penal en caso de que vuelvan a ser sorprendidos con material ilícito. Los padres deberán pagar las indemnizaciones que se estipulen. Uno de los progenitores se encaró con la policía y acusó a un agente de haberle permitido previamente a su hijo circular con una moto con el número de bastidor borrado.