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Dos arquitectos y un aparejador inspeccionaron ayer in situ el hospital de la Cruz Roja, en la calle Capitán Salom de Palma, tras el derrumbe que se registró el jueves en la sala de esterilización de la zona quirúrgica, tal y como adelantó ayer Ultima Hora.

Gabriel Roig, el gerente del complejo, declaró aliviado que «al menos nos han confirmado que no hay peligro inminente de un nuevo derrumbe, y eso es importante. Ahora están tomando catas para saber en qué estado se encuentran las vigas y los techos del resto del hospital». Roig se mostró muy satisfecho del apoyo que han encontrado en otras clínicas privadas de Palma: «Hemos tenido que suspender todas las operaciones previstas aquí, pero la respuesta ha sido increíble. Toda una inyección de moral. Se nos han ofrecido para ayudar todas las clínicas privadas y a partir del lunes podremos intervenir a los pacientes programados, aunque será en otros centros».

Las instalaciones de la Cruz Roja están formadas por construcciones de distintas fases. Las más antiguas datan de hace 40 años y ha sido en esa parte donde precisamente tuvo lugar el derrumbe. Una terraza se desplomó sobre el primer piso, cuando afortunadamente no había nadie en aquella sala. Una gran nube de humo inundó la zona de operaciones, que debe estar totalmente aséptica, y que quedó inoperativa. Para ese día, por la tarde, había previstas siete intervenciones de cirugía y para ayer otras diez. Todas han sido suspendidas.

Con respecto al origen del derrumbe, todo indica a que las vigas cedieron a causa de las filtraciones de agua y del deterioro por el paso de los años.