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«Cada vez nos encontramos con más dificultades en nuestro trabajo. Antes en las casas había una tele, ahora hay varios ordenadores, televisores en todas las habitaciones, microondas. Los coches también son más complejos, algunos tienen hasta 12 air bags. En fin, que nos hemos de adaptar».

Joan Rosselló, sargento de los Bomberos de Palma, explicó ayer el objetivo de los tres simulacros que se llevaron a cabo, conjuntamente con equipos sanitarios, en sa Teulera, junto a Son Dureta. Los tres ejercicios, organizados por la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias, se escenificaron en otros tantos ambientes: un edificio en llamas, un coche estrellado y una emergencia en un subterráneo, sin luz. «Es muy importante contar con médicos al lado de los bomberos porque así no es necesario que corramos cuando rescatamos a un herido. Ese es el lado positivo. El negativo es que ahora es todo más complicado y los bomberos corremos riesgos que antes no se planteaban. Por ejemplo, los air bags llevan cargas potentes, y hay que saber manipularlos», añadió el sargento. El simulacro, el segundo en tres días en Palma, finalizó al mediodía y se cumplieron los objetivos fijados.