La Audiencia Provincial celebró ayer el juicio contra Enrique N.B.,
un hombre acusado de arrancar de un mordisco un trozo de oreja a su
oponente en el transcurso de una pelea. El fiscal le acusa de un
delito de lesiones y pide para él cuatro años de cárcel y una
indemnización de 6.000 euros por las secuelas y 432 euros más por
las lesiones.
Los hechos sucedieron hace un año en el port d'Andratx y, como
suele suceder en estos casos, las versiones de víctima y acusado
difieren radicalmente.
La víctima, José Ramón P.F., es un pescador de la localidad.
Según su declaración, aquella noche decidió acudir a la bolera para
tomarse una copa. Allí se encontró a una camarera que comenzó a
llorar después de explicarle que tenía serios problemas personales.
Él se ofreció para ayudarla y, en un momento dado, ella se marchó
al baño donde permaneció largo rato. Cuando él comenzó a llamar a
la puerta para interesarse por su estado, entró el acusado y le
dijo que salieran fuera «para hablar». A la altura de la puerta, el
acusado se abalanzó sobre él y le mordió en la oreja, por lo que
José Ramón optó por agarrarle los genitales. A mitad de la riña un
amigo de la víctima acudió para ayudarle, sujetó del brazo al
agresor y le estiró con fuerza, con tal mala fortuna que el agresor
se llevó parte de la oreja de su adversario.
El acusado sostiene que la chica y él habían llegado al bar y
que, mucho después, José Ramón llegó de la calle, borracho. Al ver
a la chica, quiso llevársela por la fuerza del bar. Como su
compañero se negó, el acusado tuvo que intervenir y comenzó una
fuerte discusión. En ella, el agresor asegura que José Ramón le
amenazó de muerte a él y a su familia. El caso es que un camarero
les echó del establecimiento y, ya en la calle, se enzarzaron en
una pelea. Durante la misma se cayeron al suelo y el agresor le
mordió en la oreja, momento en que intervino el amigo y estiró para
separarles.
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