La habitación del hotel donde se alojaba J.L.B., de 37 años, su
mujer, de 35, y la hija de ambos, de 5, quedó irreconocible. El
turista británico, en un ataque de furia, reventó cristales y
muebles y golpeó tan violentamente a su esposa que las paredes
quedaron manchadas de sangre. Y todo este espectáculo delante de la
menor.
El caso de violencia doméstica ocurrió en la medianoche de ayer,
cuando la Unidad Territorial de Costas (UTC) de la Policía Local de
Porto Cristo fue informada de que un turista estaba apaleando a su
mujer. Los agentes actuaron con gran celeridad y no pudieron
emplearse a fondo con J.L.B. porque sostenía en brazos a su hija,
que lloraba muy nerviosa. En cuanto la soltó trataron de reducirlo
y uno de los funcionarios resultó herido en un brazo. La víctima de
la paliza fue trasladada en ambulancia hasta el hospital de Manacor
y presentaba cortes en todo el cuerpo producidos por los cristales
rotos.
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