José Manuel Sánchez, el niño de 12 años que resultó herido de
gravedad el pasado sábado tras la explosión de un detonador en una
finca de Marratxí, evoluciona favorablmente de sus heridas y ya
está ingresado en planta en el hospital de Son Llàtzer. Durante el
día de ayer, su padre José comentó a este periódico que el niño ha
perdido la visión en un ojo debido al impacto de una esquirla de
plástico, aunque los médicos creen que conservará el ojo. El joven
también sufrió heridas en tres dedos de una mano, aunque los
médicos creen que finalmente no tendrán que amputarlos.
Raúl, primo de José Manuel, explicó que hace aproximadamente
seis meses encontraron una caja con unos 80 detonadores junto a
unos contenedores de basura. Se trata de unos pequeños cilindros
blancos de aluminio de unos cuatro centímetros de longitud. En su
interior están totalmente huecos excepto en la base, que cuenta con
un compartimento para albergar una pequeña cantidad de pólvora y un
diminuto agujero por el que se introduce la mecha.
Durante meses, los detonadores permanecieron almacenados en
distintos lugares de la parcela. El sábado pasado José Manuel, en
compañía de su hermana Irene y de sus primos Arturo y Raúl
decidieron jugar con ellos. Al principio, colocaron unos cuantos
sobre un tronco y comenzaron a darles martillazos por el extremo
vacío del cilindro. Luego, José Manuel pegó dos golpes en el
extremo que contiene la pólvora. Al tercer impacto, el detonador
explotó. «Fue una explosión muy fuerte, y aún hoy no oigo del todo
bien», comentó Raúl, a quien la deflagración le produjo heridas en
el brazo derecho.
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