La pareja de novios grabó con su cámara los efectos del 'Emily' en la Riviera Maya, mostrando un paisaje de árboles caídos y fuerte viento. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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Ni reggae, ni son, ni ron. Tan sólo un poco guacamole y algo de tequila. Y viento, mucho viento. En tanta demasía que llegó éste en forma de dos huracanes con nombre de mujer: «Denise» y «Emily». El primero privó a Àngel Ramírez y Maribel Moreno de conocer la exhuberancia vegetal de Jamaica y les condenó a no poder apaciguar su sed con los daiquiris del Floridita y los mojitos de la Bodeguita del Medio en La Habana. El segundo les brindó dos horas de angustia. Ahora, sentados cómodamente en la sala de estar de su ático en Palma, Àngel y Maribel se disponen a accionar eplay de su reproductor de vídeo y rememorar una odisea que, sin ser la vivida por Ulises y trocando el Mediterráneo por el Caribe, para la pareja de recién casados se ha convertido en mítica. El inicio de la odisea vivido por los dos turistas mallorquines no tuvo a las playas de Troya como escenario, sino que comenzó cuando zarparon del puerto de la isla mexicana de Cozumel con destino a la patria de los rastafaris: la ínsula de Jamaica.

Pero cuando las verdiblancas costas jamaicanas empezaban a vislumbrarse en el horizonte, la tripulación del crucero en el que viajaban convocó a todo el pasaje para informarles de que el huracán «Denise» estaba siguiendo su estela y recalar en los muelles de Ocho Ríos significaba exponerse al seguro azote del vendaval. Ante esta coyuntura el capitán decidió desviar la travesía hacia la isla de Gran Caimán. Tras poner rumbo hacia Gran Caimán cuenta Àngel salió a la cubierta de popa desde donde pudo observar que tras la espumosa y blanca estela del crucero un cielo «negro e increíble» les estaba acechando.

Visto Gran Caimán, el crucero transportó a Àngel y Maribel hasta la isla cubana de Paradiso. No obstante, las grandes nubes negras, el preludio de las huracanadas hostilidades del «Denise», seguían presentes en el horizonte tras el que se ocultaba el puerto de La Habana. La siguiente escala en su odisea. Pero Àngel y Maribel se quedaron sin revolución, sin congrí y sin malecón porque ante la tempestad que se avecinaba decidieron cancelar su estancia en la capital cubana y pasar el resto de su luna de miel en la Riviera Maya a salvo del huracán. Pero, ¿de cuál? Efectivamente, viajando a la costa oriental mexicana habían conseguido dar esquinazo al «Denise». Lo que no sabían es que en su segundo día en el corredor de Tulum otro huracán, el «Emily», iba a devastar el hotel donde estaban hospedados. «A partir de ahí ya sabéis qué pasó, aunque la realidad fue mucho peor de lo que se ve en el vídeo», afirman, aún atónitos, Àngel y Maribel.