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La Audiencia Provincial de Palma ha condenado a penas que suman 39 años y seis meses de cárcel a seis miembros de un clan de narcotraficantes de Son Banya que introducía grandes cantidades de cocaína y heroína desde Barcelona. La pena de prisión más elevada, 11 años, ha recaído sobre Carmen Santos, quien estaba compinchada con Juan José Heredia y su hermano Miguel. Los tres se dedicaban a vender y distribuir por Mallorca la droga, que era enviada mediante 'correos' y por vía marítima desde Barcelona.

La policía comenzó las investigaciones a través de escuchas telefónicas, y entre abril y mayo de 2003 logró interceptar hasta dos envíos de droga. En el primero de ellos, los agentes detuvieron en el puerto de Palma a Isabel Guerrero, una mujer de 66 años conocida por «mami» o «la abuela», condenada por tráfico de drogas en los años 1988 y 1989. Esta mujer fue una de las protagonistas del juicio, ya que sufrió una indisposición y forzó un retraso de más de dos horas en el inicio de la vista oral. Los agentes policiales le interceptaron 12 pastillas redondas en una bolsa de tela, que resultaron ser casi tres kilos de heroína, valorada en más de 100.000 euros. La mujer, según declaró, creyó que se trataba de «pastillas de jabón». La policía también le intervino un papel escrito en el que figuraba el nombre y la dirección de la persona a la que debía entregar la mercancía a su llegada a Palma.

Otro de los detenidos es un funcionario de Cort y mecánico de la ITV, Gabriel Bibiloni, quien fue detenido con más de un kilógramo de cocaína. Bibiloni fue otro de los protagonistas del juicio, ya que fue el único de los acusados que no se declaró inocente, inculpando al resto de miembros del clan.

Bibiloni, que ha sido condenado a dos años de prisión, reconoció que otro de los acusados, Miguel Heredia, le convenció para que realizara un viaje a Barcelona y se trajera un paquete que contenía la cocaína, a cambio de una cantidad de dinero no fijada, pero que oscilaba entre los 600 y los 1.200 euros. La policía le detuvo cuando bajaba del ferry de Barcelona, el 20 de mayo de 2003.

Al día siguiente, los agentes policiales efectuaron un registro en la vivienda del sexto condenado, Rubén López, y que era unos de los destinatarios de la droga. En su domicilio, situado en el Camí Salard, la policía encontró 16.710 euros, joyas y diversos efectos.

El fallo condena a los acusados al pago de multas que suman 471.000 euros, y absuelve a otros tres procesados por estos mismos hechos.