El juez ha dictado auto de procesamiento por dos delitos de abusos
sexuales contra Mario Armando B.S., el conductor de ambulancias
uruguayo acusado de violar y abusar de deficientes mentales
mientras las trasladaba a centros de educación especial.
El acusado fue detenido en marzo de este año acusado de
violación, pero el juez le dejó en libertad ante la falta de
pruebas incriminatorias en su contra. Aún así, la investigación
prosiguió y el 11 de mayo se produjo una segunda detención. En esta
ocasión, el juez decretó su ingreso en prisión sin fianza, puesto
que se descubrieron nuevos casos de abusos.
Ayer, Mario Armando volvió a declarar ante la juez de guardia,
que ha dictado un auto de procesamiento por un delito continuado de
abusos sexuales, por el que podría cumplir hasta 15 años de cárcel,
y otro más de abuso sexual. Según el auto, estos abusos tuvieron
lugar entre octubre de 2004 y febrero de 2005. En esas fechas,
Mario Armando B.S. era conductor de Ambulancias Insulares,
encargándose de transportar a siete discapacitadas psíquicas desde
sus casas a los centros de educación especial. En estos trayectos,
el conductor se desviaba de la ruta hasta llegar a un descampado
semiarbolado en la parte trasera del colegio San Cayetano de Palma,
donde «en repetidas y sucesivas ocasiones, abusó sexualmente de una
joven de 19 años con una minusvalía del 69 por ciento. El acusado,
según el auto, utilizaba «palabras cariñosas» para convencer a la
víctima de que bajara del vehículo.
Una vez fuera, la llevaba a un lugar oculto a la vista de las
demás pacientes y la violaba. En otra ocasión, el acusado también
sometió a tocamientos a otra de las deficientes, una joven con una
minusvalía del 82 por ciento. El conductor se remitió a sus
anteriores declaraciones para negar todas las acusaciones, aunque
admitió que, «por lo menos una vez», se desvió de la ruta y fue al
paraje donde, supuestamente, tuvieron lugar las violaciones.
Para procesar al detenido, la juez ha tenido en cuenta las
declaraciones efectuadas por las víctimas. Una de ellas indicó que,
entre octubre y noviembre de 2004, fueron al descampado «un montón
de veces». Esta joven explicó «con todo lujo de detalles» las
violaciones a las que era sometida.
Asimismo, otro conductor de ambulancias y varios educadores de
calle ya han explicado ante la juez que las víctimas comentaban en
algunas ocasiones que habían sido violadas. Además de mantener su
situación de prisión provisional, la juez ha requerido una fianza
de 30.000 euros.
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