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HELENA DOMÍNGUEZ-KARL HEINZ
Durante la madrugada del pasado martes, Michael Karl, un alemán de 45 años, fue víctima de una agresión que, según sus declaraciones es digna de la más surrealista y macabra película de terror. El agredido, afincado en Cala Pi, se encontraba descansando en su domicilio particular, «en el que siempre dejo la puerta abierta», cuando, según cuenta, «un hombre enmascarado irrumpió de improvisto en mi dormitorio y comenzó a apuñalarme sucesivamente».

De las investigaciones efectuadas la Guardia Civil detuvo a su compañero sentimental, Markus K., pero ayer quedó en libertad tras ser presentado ante el juez.

En el hospital de Son Llàtzer, lugar en el que se encuentra ingresado desde el incidente, la víctima estalló en lágrimas de emoción al recibir la noticia, ya que, consideró que su pareja «es incapaz de hacerle daño a una mosca» y además «fue él quien avisó a la ambulancia». Michael H., notablemente conmocionado por lo sucedido, no ha querido dar a conocer su apellido. Evoluciona favorablemente de los múltiples cortes, en general horizontales y profundos, que presenta en el hombro derecho, la espalda, y los brazos. Sin embargo, las heridas más delicadas se encuentran en la garganta, el cuello y las manos. En cuanto a las secuelas, los informes médicos han advertido a la víctima de que debido a los movimientos que efectuó para defenderse, sus manos resultaron gravemente heridas, por lo que es posible que, como consecuencia, no pueda volver a manejarlas con la misma facilidad de antes. Según sus declaraciones, el asaltante era un varón fornido y alto «que me atacó con un cuchillo carnicero de unos 30 cm mientras profería susurros amenazantes en un idioma desconocido para mí, que probablemente era de Europa del Este».