Las autoridades de Berlín descartaron ayer un móvil xenófobo en el
incendio provocado en un bloque de viviendas, habitado
mayoritariamente por extranjeros y en el que murieron ocho
personas, cinco de las cuales eran niños. También resultaron
heridas siete personas, cinco de ellas graves y otras 43 tuvieron
que ser atendidas debido al dióxido de carbono.
La casa, en el barrio berlinés de Moabit, estaba habitada por
árabes y polacos mayoritariamente, y según la policía, el alto
número de víctimas se debió a problemas de comprensión de los
inquilinos con las instrucciones que, en alemán, les daban los
bomberos. Estos trataron de convencer a los habitantes de que no
intentaran escapar por la escalera puesto que allí estaba el foco
del fuego.
Muchos de los inquilinos, presos del pánico, no entendieron o no
atendieron a esas indicaciones y se lanzaron por la escalera. El
incendio partió de unos cochecitos para bebé, en la planta baja y
se extendió a los pisos superiores por la escalera.
Los bomberos consideran que si los habitantes de la casa
hubieran permanecido en sus pisos, tal y como les dijeron,
probablemente no hubiera habido fallecidos.
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