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Tras una semana esperanzadora, ayer las carreteras mallorquinas se cobraron otra vida. La víctima mortal es una joven de 25 años, llamada Esther Herrera Llamazares, que viajaba en un coche que se salió de la calzada en Manacor para esquivar a un ciclomotor. Otro joven que la acompañaba sufrió lesiones de carácter leve.

La fallecida y el conductor iban a bordo de un Ford Fiesta matrícula 3633-DKC, con pocas semanas de antigüedad. A las once menos diez minutos de la mañana, cuando circulaban por la carretera Manacor-Felanitx, se encontraron con un ciclomotor y para evitar la colisión el joven dio un volantazo y perdió el control. El turismo invadió el carril izquierdo, a la altura del camino de Son Vell, y luego volcó. Acto seguido regresó a la calzada, pero la desgracia ya había acontecido. Esther, la pasajero, se golpeó violentamente la cabeza y quedó en estado crítico. Su acompañante tuvo más suerte y apenas resultó con algunos rasguños. Y el piloto del ciclomotor salió ileso porque no llegaron a rozarle.

Los equipos de emergencia se desplazaron rápidamente hasta ese punto kilométrico y comprobaron que la muchacha se debatía entre la vida y la muerte. La Guardia Civil de Tráfico montó un dispositivo de «alerta verde», para conseguir que la ambulancia llegara con la accidentada a Son Dureta en el menor tiempo posible. El objetivo se cumplió, pero el estado de Esther siguió empeorando y los médicos, a media tarde, eran ya muy pesiministas. Poco después se produjo el fallecimiento, del que fue informado el juzgado de instrucción número 8 de Palma, que ayer se encontraba en funciones de guardia. La víctima, según los datos provisionales recabados ayer tarde por los investigadores, era natural de León y podría encontrarse de vacaciones en Mallorca.

Por otra parte, ayer tarde se registró otro siniestro en la carretera de Santa Margalida a Can Picafort, con el resultado de tres personas heridas. Una de ellas quedó atrapada y fue necesaria la intervención de los bomberos para rescatarla.