El herido fue sacado de la finca en un vehículo de los bomberos, que lo trasladó hasta donde esperaba la ambulancia.

TW
0

Pedro Galindo Márquez volvió a nacer ayer, en Sóller. El tractor que conducía volcó al hundirse un bancal y el hombre, de 40 años, quedó atrapado. Un gran dispositivo formado por bomberos, ambulancias, Guardia Civil, Policía Local y Cruz Roja participó en el rescate, que duró varias horas, y ayer tarde la víctima continuaba ingresada en Son Llàtzer, con pronóstico reservado.

El herido, de unos 40 años de edad, se encontraba trabajando con un tractor «Dumper» en las inmediaciones del Camí Vell de Balitx, en una finca con bancales. El vehículo, dotado con una pala delantera, transportaba piedras y a las 9.30 horas, cuando pasó sobre un 'marge', sobrevino el accidente. De improviso el terreno cedió y el «Dumper» cayó desde una altura de dos metros y medio, arrastrando piedras y tierra. Los gritos de Pedro Galindo alertaron a otros trabajadores, que acudieron en su auxilio. Se quejaba de un intenso dolor en la espalda, y tenía dificultades para respirar.

Los servicios se emergencia fueron informados del accidente y en el dispositivo de rescate participaron bomberos de los parques de Sóller e Inca, la Cruz Roja, Guardia Civil, Policía Local y una ambulancia del 061. En un primer momento se temió lo peor y desde la Comandancia de Palma se puso en alerta al helicóptero, por si era necesario evacuar al conductor desde el aire. Sin embargo, el aterrizaje eran muy complejo y se descartó esta posibilidad. Cuando los bomberos llegaron hasta el camino donde se había producido el hundimiento de tierra Pedro Galindo ya había sido liberado, al parecer por los compañeros que acudieron en su ayuda. La ambulancia no podía llegar hasta él, por lo que la víctima -tras ser inmovilizada- fue subida a un vehículo 'Pick-Up', que lo sacó de aquellos terrenos y lo llevó hasta el lugar donde esperaban los servicios sanitarios.

Un portavoz del 061 explicó que el trabajador presentaba contusiones costales y otras heridas, y que los médicos del hospital de Son Llàtzer lo sometieron a distintas pruebas para determinar el alcance de sus lesiones. «Es el típico accidente en el que casi siempre fallece aplastado el conductor. La verdad es que en esta ocasión ha habido mucha suerte», reconoció un bombero que participó en el operativo.