Las lenguas de fuego que se alzaron sobre el todoterreno en llamas
fueron estímulo suficiente para que el pirómano que actúa desde
hace unas semanas en las calles del Port d'Alcúdia se la jugara el
jueves una vez más. La Policía Local le sigue la pista de cerca y
confía en que cometa alguna indiscreción para acabar con sus
fechorías.
El Toyota Rav-4, con placas de matrícula IB-CJ, era propiedad de
una mujer llamada Diana, que en la noche del jueves lo aparcó en la
calle Mar de Plata para visitar a su madre. Cuando regresó, a la
media hora, el todoterreno se había convertido en una tea.
El pirómano le había prendido fuego en la parte trasera,
presumiblemente arrojando un líquido inflamable sobre las ruedas.
El vehículo, de ocho años de antigüedad, ardió por completo, a
pesar de los esfuerzos de bomberos y Policía Local. La dueña,
desolada, sólo pudo presenciar aquellos destellos desesperantes.
Una grúa retiró los restos del Toyota y los investigadores
solicitaron refuerzos para dar una batida por las calles próximas a
la discoteca Mágic, en busca del incendiario. «No debía de andar
muy lejos, pero se escabulló una vez más», reconocieron en fuentes
próximas a la investigación.
Con éste ya son cinco los turismos calcinados por los ataques
del desconocido, que actúa cuando anochece o cuando amanece. Se
estrenó 'a lo grande'en septiembre, quemando tres coches en la
calle Marte, Maristrani y Coral. Repitió en la segunda vía y ahora
ha actuado en Mar de Plata. Los investigadores creen que reside o
trabaja en el término municipal, y están multiplicando los
esfuerzos para darle captura. Si finalmente es detenido tendrá que
hacer frente en un juicio a los daños económicos provocados, que
son millonarios. En el Port d'Alcúdia, además, está cundiendo ya
una cierta psicosis.
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