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Las autoridades de Florida intentaban convencer ayer domingo a apáticos residentes de los Cayos del sur de que abandonen cuanto antes sus hogares y busquen refugio, a horas de que «Wilma» se acerque al suroeste y sur del Estado.

El domingo el tránsito en la única carretera que une a los Cayos con el continente era ligero y se temía que la mayoría de los 80.000 residentes de esta cadena de islas hubiese decidido pasar el huracán en sus residencias, ignorando las órdenes de evacuación obligatoria emitidas desde el sábado. «No puedo dejar de enfatizar a la gente que vive en los Cayos de Florida: Viene un huracán, y un huracán es un huracán y tiene vientos mortales y aunque haya habido evacuaciones durante los pasados 14 meses y no haya habido un impacto (...) no deberían hacer eso (quedarse en sus residencias)», dijo el gobernador de Florida, Jeb Bush, en una conferencia de prensa. «Uno de estos días se les va a acabar la suerte», agregó, por su parte, el director de Emergencias estatal, Craig Fugate. Autoridades policíacas del condado de Monroe, donde están los Cayos, fueron movilizadas el domingo para advertir a la población de los peligros de Wilma, entre ellos marejadas ciclónicas de metro a dos metros y medio de altura (5 a 8 pies) que pueden provocar serias inundaciones en estas islas bajas.

«El mensaje es muy claro: Si planean dejar los Cayos, y les recomendamos que lo hagan, deben salir ahora. Esta tarde las condiciones en la carretera serán lo más probable muy peligrosas para manejar», dijo el alguacil del Condado de Monroe, Rick Roth. Unos 300 residentes de los Cayos están en refugios públicos, mientras otros deberían estar esparcidos entre casas de familiares u hoteles. Los aeropuertos de los Cayos también están cerrados.

Los Cayos deben comenzar a sentir los primeros efectos de Wilma el domingo por la noche, para estar bajo su influencia completa el lunes, antes de que entre a la península, posiblemente cerca de la ciudad de Naples (suroeste).