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JAVIER JIMÉNEZ-C.MORENO
Una vecina de Muro vivió ayer una pesadilla de más de media hora. Fue asaltada por tres delincuentes, uno de ellos encapuchado, que la torturaron para que diera la combinación de la caja fuerte. En un despiste de los asaltantes pudo encerrarse en una habitación, desde donde pidió ayuda por teléfono al 112.

A la una de la tarde Antonia, la víctima, escuchó que alguien llamaba al interfono de su puerta, en la calle Antonio Cánovas de Muro. La mujer miró por la cámara de seguridad y divisó a dos hombres, que le dijeron que le traían un paquete para su marido. Como medida de precaución no les abrió, pero recordó que a lo largo de esta semana la habían estado llamando por teléfono anunciado el envío de un misterioso encargo para su esposo constructor. Sin caer en que podían seguir en el portal esperando, Antonia salió a la calle para comprar el pan y en cuanto abrió la puerta tres individuos se abalanzaron sobre ella. Eran los dos del interfono más otro que cubría su rostro con un pasamontañas.

La señora no tuvo tiempo de reaccionar. La trataron con rudeza, la empujaron y finalmente le ataron las manos con celo. Uno de ellos le colocó el pasamontañas para que no viera lo que hacían. Buscaban dinero y encontraron 1.000 euros que la mujer guardaba para hacer frente a un pago inmediato. El botín era insuficiente y comenzaron a torturarla: le golpearon, le gritaron, le colocaron un cuchillo en el cuello y también una escopeta del marido que encontraron en la casa. Querían saber a cualquier precio la combinación de la caja fuerte y le advirtieron que estaban dispuestos a matarla si no colaboraba con ellos.