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EFE-AMSTERDAM
Las autoridades holandesas han abierto dos investigaciones para aclarar las causas del incendio desatado ayer de madrugada en una prisión situada junto al aeropuerto de Amsterdam (Schiphol), en el que murieron 11 inmigrantes ilegales detenidos y resultaron heridas quince personas más.

El portavoz del Ministerio de Justicia holandés, Martin Bruinsma, explicó que una de las investigaciones será dirigida por el Ministerio Fiscal, mientras que la otra, que tiene carácter independiente, ha sido encargada por el ayuntamiento de Harlemermeer, localidad a la que pertenece el distrito de Schiphol.

Las víctimas mortales son inmigrantes en situación ilegal que permanecían en prisión a la espera de ser repatriados a sus países de origen. Hasta el momento las autoridades holandesas no han facilitado información sobre la nacionalidad de los fallecidos, ya que prevén que la identificación de los cadáveres será un «proceso largo», según el portavoz.

La policía del aeropuerto de Schiphol, que se encargó de actuar y organizar los primeros auxilios, indicó que el fuego, que se inició pasada la medianoche, «se propagó con rapidez», según dijo un portavoz de ese cuerpo policial. Los bomberos consiguieron controlar las llamas alrededor de las 3,00 horas.

En el ala en la que surgieron las llamas había 43 presos, pero en la totalidad del complejo, que cuenta con una capacidad para 400, había 350 detenidos. El teniente de alcalde de Harlemermeer, Michail Bezuijen, dijo en rueda de prensa que su corporación municipal abrirá una investigación orientada no sólo a esclarecer cómo surgió el fuego, sino a analizar aspectos como la concesión de la licencia de obras para la penitenciaría, los materiales utilizados y las condiciones de seguridad.