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Susto en el Hotel Alicia, en Cala Bona. Los 320 turistas que ayer tarde se encontraban en sus habitaciones o en otras dependencias del establecimiento fueron desalojados por un incendio que se declaró en la cocina y que ocasionó una gran humareda, según informaron los Bomberos de Mallorca. Por fortuna, no hubo que lamentar heridos o intoxicados.

A las 15.45 horas los equipos de emergencia fueron informados de que la cocina del hotel, ubicado en la calle Na LLambies número 26, estaba en llamas. El aceite de una freidora se convirtió en llamaradas y los cocineros tuvieron que salir, para no resultar heridos. A partir de ese momento el fuego se descontroló y una densa humareda se coló por el edificio, causando la lógica alarma. Dotaciones de los parques de bomberos de Manacor y de Artà, apoyados por la Policía Local y la Guardia Civil, encabezaron el dispositivo de auxilio. Mientras esos efectivos llegaban al establecimiento, la dirección optó por evacuar de forma ordenada a los 320 turistas, que salieron a la calle y fueron testigos de las tareas de extinción. «Más que llamas lo que había era mucho humo, y fue necesario airear algunas dependencias para evitar que nadie resultara intoxicado», relató un bombero.

Hasta las cinco de la tarde, aproximadamente, no se recuperó la normalidad en el Hotel Alicia, aunque los daños en la cocina eran visibles. Los enseres habían quedado chamuscados y las baldosas del suelo y las paredes, ennegrecidas o crujidas. Cuando el humo se hubo disipado por completo los turistas pudieron regresar a sus habitaciones, todos ellos en perfecto estado. «Lo más importante es que nadie ha resultado herido o intoxicado. Había mucho humo y en estos casos lo mejor es que el personal del hotel y los turistas se queden en la calle, lejos del peligro. Así podemos trabajar con mayor comodidad y eliminando riesgos», añadió otro de los efectivos que participó en el dispositivo de emergencia. Desde la parte trasera del edificio eran visibles los daños en la cocina: las ventanas quedaron ennegrecidas y el cristal se resquebrajó. Pero, al fin y al cabo, todo quedó en un susto.