Por la tarde el vecino, que había perdido a su mujer hace un mes
y está muy depresivo, se encerró en un cuarto piso de la calle
Amargura. No quería que el Ayuntamiento encendiera a las 19.00
horas las luces de Navidad y aseguró que era capaz de soltar el gas
para impedirlo. La tensión fue en aumento y el Cuerpo Nacional de
Policía acordonó la calle, mientras los bomberos procedían al
desalojo gradual de las fincas colindantes. Los vecinos fueron
llevados a las plazas Rubí y Jordi Caldentey, mientras un psicólogo
intentaba convencer al señor para que depusiera su actitud.
Familiares y amigos intentaron también de forma infructuosa hablar
con él, pero hasta las siete de la tarde -cuando se cumplía el
plazo que había dado- no consiguieron convencerlo. El hombre fue
atendido por especialistas médicos, que confirmaron que estaba muy
depresivo, y lo trasladaron a un centro hospitalario. En su casa se
comprobó que el gas estaba abierto, aunque no había una gran
acumulación.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.