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El pasado mes de abril, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado se volcaron en la localización de una banda de atracadores. Los datos de los que disponían eran preocupantes: sus componentes iban armados con pistolas y cuchillos, eran expertos en artes marciales, empleaban gran violencia en sus acciones y parecían conocer muchos detalles de sus víctimas.

El primero de los robos tuvo lugar en el hotel Horizonte de Portopí, el 13 de abril. Tres hombres encapuchados, armados con dos cuchillos y una pistola del calibre 12 fabricada artesanalmente con tubos y piezas de plástico, accedieron a la recepción y amenazaron al conserje. Tras pegarle una paliza, se marcharon con un botín de 315 euros de la caja fuerte. Además, antes de irse provocaron destrozos en el local.

Al día siguiente se produjo un robo parecido en un chalet de lujo de Costa d'en Blanes. Los atracadores tiraron al suelo a la dueña, de 80 años, y le taparon la boca para que no gritara. Luego apuntaron con la pistola en la cabeza a su marido, de 82 años, y le pidieron que abriera la caja fuerte. Su acción fue frustrada por la mujer, que activó la alarma de la casa mediante un dispositivo que llevaba colgado del cuello.

Tan sólo dos días después, la Guardia Civil logró localizarles en un piso de Palma, donde encontraron la pistola artesanal, varios cuchillos, pasamontañas y guantes de látex.

Los detenidos confesaron, y cuatro de ellos serán juzgados hoy. Los más peligrosos son el español Sebastián Francisco R.A., el guineano Calixto M.T. y el dominicano Héctor Emys N.I. También será juzgada la joven Irene N.M., supuestamente implicada en el primero de los robos.

Además de estos delitos, la Guardia Civil cree que la banda también participó en el robo a un empresario palmesano, al que presuntamente robaron 2.800 euros. Asimismo, la Benemérita sospecha que la banda estaba planeando un 'secuestro exprés' a otro empresario.