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Los técnicos desplazados ayer a la zona donde el pasado jueves una explosión de gas provocó dos muertos y 22 heridos decidieron demoler totalmente el edificio en el que se produjo el siniestro y los dos adyacentes, informó el ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet.

Ya se sabía que el edificio situado en el número 66 debería ser derruido, y con toda probabilidad también el número 68, pero los técnicos aún conservaban alguna esperanza para el número 64, si bien la inspección efectuada por los técnicos esta mañana ha aconsejado que los tres bloques sean demolidos.

Los trabajos de demolición, sumamente complicados, comenzaron ayer, durarán aproximadamente quince días y han obligado también a desalojar de modo provisional a los vecinos del número 70 como medida de precaución.

Asimismo, los nueve heridos ingresados en el Hospital Vall d'Hebron a consecuencia de la explosión sigue estables, informaron a EFE fuentes del hospital. De las nueve personas ingresadas en el hospital barcelonés, tres están muy graves, uno en estado grave y los otros cinco menos graves.