La sala comedor de la casa quedó completamente devastada por las llamas, que eran visibles desde la calle. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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Un tercer piso de la calle Ferrer de Pallarés, entre las barriadas palmesanas de Son Gotleu y la Soledat, quedó destruido a primera hora de la mañana de ayer a causa de un incendio que se originó, en principio, por un cortocircuito. La vivienda siniestrada es propiedad de un bombero de Palma.

Las tareas de extinción se prolongaron por espacio de una hora y durante los trabajos una persiana calcinada se precipitó sobre la acera. Cayó encima de un coche marca Opel Corsa, con matrícula 0743-BZS, y le ocasionó algunos desperfectos en la luna delantera y la chapa. Numerosos vecinos siguieron a pie de calle lo que estaba acaeciendo en el tercer piso de aquel edificio. Cuando por fin el fuego quedó sofocado el panorama en el interior de la casa era desolador: el comedor había quedado arrasado, al igual que la cocina. Las otras dependencias estaban gravemente afectadas por el humo y las altísimas temperaturas. El rellano y la puerta de la vivienda también quedaron devastadas por el fuego.

El hombre, de una cincuentena de años, su esposa y una hija se encontraban durmiendo cuando se inició el fuego. El edificio está ubicado en el número 4 de esa vía, junto a la calle Manacor, y la familia pudo salir a la calle antes de que el fuego se extendiera por el comedor y otras dependencias. Se trata de una finca de tres alturas, de reciente construcción y que había sido adquirida hace pocos años. A las seis de la mañana el centro de emergencias del 112 puso en marcha el dispositivo de urgencia y hasta esa dirección se trasladaron ambulancias, Policía Local, Cuerpo Nacional de Policía y bomberos. Cuando las primeras dotaciones llegaron las llamaradas salían por una ventana y eran visibles desde la calle.

Los datos iniciales apuntan a que el siniestro empezó en la sala comedor, presumiblemente a causa de un cortocircuito. Pese a la devastación que presentaba la vivienda, no parece que la estructura haya quedado afectada. Los vecinos de los otros pisos no resultaron intoxicados por la gran humareda que se formó.