El desastre tuvo lugar cuando niños y madres celebraban el día
de la mujer en la escuela. Las fuertes lluvias de las últimas dos
semanas provocaron que una parte de la montaña Can-abag se
desprendiera sobre San Bernardo, y con cada hora que pasa se
debilita la esperanza de encontrar más supervivientes.
Las autoridades locales y el Consejo Coordinador de Desastres
Naturales coinciden en el número aproximado de desaparecidos,
1.500, no así en el de fallecidos y supervivientes.
La gobernadora Lerias explicó que en las primeras 24 horas de la
tragedia los equipos de rescate han tenido que excavar con las
manos y en medio de lluvias intermitentes.
No obstante, la comunidad internacional y el propio gobierno
filipino han acudido con prontitud al llamamiento de socorro en San
Bernardo.
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