Para el colegio público s'Alzinar ayer no fue un lunes cualquiera.
La muerte del pequeño Saimonas llenó de perplejidad y tristeza las
aulas del centro donde el niño estudiaba desde hacía un año y
medio. Cursaba primero de ESO. «Era un niño normal, alegre, que
jugaba con lo niños, que participaba en todo, era muy autónomo y
para nada problemático. Estaba perfectamente integrado. Hablaba
catalán y castellano», comentó ayer una de sus profesoras. El
domingo los profesores se reunieron para ver cómo afrontaban este
drama y como transmitían a los alumnos la noticia. «Es muy
doloroso. Es inexplicable», comentaron.
Asimismo añadían que «su madre era una mujer pendiente de la
educación de su hijo, que asistía a las reuniones, que se
preocupaba por los estudios del niño. Ha sido un golpe durisimo
para todos», exponía un profesor. Desde la dirección del colegio
manifestaron que dado que los hechos eran tan recientes, todavía no
se habían planteado llevar a cabo ningún acto y que en todo momento
respetarían la voluntad de la madre. «Estamos a su disposición en
todo lo que necesite». Por otro lado, los servicios sociales del
Ajuntament contactaron con la madre para ofrecerle todo su
apoyo.
Los vecinos de Capdepera aseguran que la madre era una mujer
«tolamente integrada», que llegó a la ciudad hace unos seis años.
Primer trabajó cuidando a una señora mayor, y al fallecer ésta
encontró trabajo en un restaurante de Cala rajada. El pasado sábado
comenzó su jornada a las 15,30 y habría regresado a casa a las
22,00 horas. La Guardia Civil, entendiendo el drama que vive, le ha
aplicado en el atestado el delito menos grave posible, que es el de
abandono. Con respecto al fuego, cuando Saimonas abrió la ventana
de produjo un golpe de aire que avivó las llamas.
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