A la una de la tarde M.L.R. discutió supuestamente con su novio, en el piso que ambos comparten en Can Picafort. Enfurecida bajó a la calle y enfiló la Vía Alemania, gesticulando y vociferando. De repente, un peatón reparó en su extraña actitud y ambos cruzaron sus miradas unos segundos. Ese motivo fue suficiente para que la joven estallara. A gritos le pidió qué miraba y el transeúnte no tuvo tiempo de explicarse: fue atacado con un arma blanca y recibió tres puñaladas en un brazo, la espalda y el costado.
Algunos testigos presenciaron la agresión y trataron de mediar, para alejar a la atacante. El herido quedó conmocionado y la chica aprovechó el desconcierto de aquellos momentos para huir. Con lo que no contaba era con que algunos vecinos la reconocieron, por lo que su detención era cuestión de horas. La Benemérita fue informada del apuñalamiento en plena vía pública y varias patrullas de Santa Margalida, apoyadas por la Policía Judicial de Pollença, iniciaron la investigación.
La víctima, que al parecer no conocía de nada a M.L.P., fue trasladada a un centro médico, donde le aplicaron las primeras curas y comprobaron que ninguna de las puñaladas era profunda. No fue necesario que quedara hospitalizado y el hombre, en su declaración, reiteró que no había mediado provocación alguna entre la joven y él. Aseguró que sólo la había mirado porque se comportaba de forma atípica y que ella, entonces, blandió un cuchillo y lo atacó. Los testigos de la agresión también prestaron declaración sobre el episodio y todas las sospechas se centraron en la vecina de Can Picafort reconocida por alguno de ellos. Finalmente, M.P.R. fue arrestada. No se le encontró el cuchillo utilizado contra el peatón y negó las imputaciones. Se trata de una joven con numerosos antecedentes por amenazas, agresiones y otros incidentes.
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