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Ramón Socías lo tiene claro: la lucha contra el narcotráfico no contempla treguas. El delegado del Gobierno declaró ayer, durante la incineración en Son Reus del mayor alijo de hachís intervenido en Balears, que no aflojará en su lucha contra el narcotráfico y abogó por «limpiar la imagen de Eivissa» relacionada con el consumo de sustancias estupefacientes.

A las nueve y cuarto de la mañana de ayer, en la planta incineradora de Son Reus, se abrió la partida de 11 toneladas de hachís que fueron intervenidas recientemente en Eivissa. Se trata del alijo más importante precintado nunca en el archipiélago y la presencia policial en Son Reus, con agentes de la Benemérita y del Cuerpo Nacional de Policía, fue considerable. Funcionarios de Justicia y de Sanidad Exterior abrieron uno a uno los 358 fardos, de unos 30 kilos de peso cada uno, para verificar que en su interior había resina de hachís. En otros operativos similares la droga es quemada de golpe, pero el volumen de ayer era tan espectacular que tuvo que destruirse de forma escalonada, por motivos de seguridad. El conseller de Economía del CIM, Miquel Àngel Flaquer, acompañó a Socías en la operación de ayer. El delegado advirtió de que las Islas «no serán el puerto de entrada» en España de los estupefacientes y alabó la colaboración entre las policías local, nacional y de otros países de la Unión Europea para aumentar la «presión y mano dura» contra el narcotráfico, una actividad que ya «se ha reducido» en otros puntos de España. En este sentido, recordó otro «golpe muy importante» al tráfico de droga asestado en Eivissa y Denia el pasado 14 de julio, operación que se saldó con la incautación de 833 kilos de cocaína y la detención de ocho personas. De hecho, el máximo responsable en Balears del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil es partidario de «limpiar la imagen» de Eivissa a base de operaciones antidroga continuas y contundentes, para que aquel destino no sea un paraíso de las mafias del «éxtasis» y de la cocaína.