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JAVIER JIMÉNEZ
Cuarenta policías de paisano y de uniforme irrumpieron en la madrugada de ayer por sorpresa en una discoteca de s'Arenal donde se sabía que había una gran cantidad de menores consumiendo alcohol y fumando hachís.

La redada había sido minuciosamente planificada en una operación conjunta entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local de Palma. La Unidad de Intervención Policial (UIP), el Grupo de Atracos y la Unitat Nocturna fueron los equipos elegidos para entrar en el recinto de ocio, que está ubicado en la esquina de la Avenida Nacional con la calle Jacinto Verdaguer. Se trata de una conocida discoteca, frecuentada por jóvenes sudamericanos, turistas y también por residentes. A la una y media de la madrugada de ayer accedieron al recinto policías de paisano, que se confundieron entre los más de 150 clientes que llenaban el local. Los agentes escrutaron cada esquina del establecimiento y detectaron a numerosos adolescentes. Discretamente comunicaron con los compañeros uniformados que esperaban en la calle y les dieron la orden de irrumpir. La redada ya estaba en marcha y se identificó a cerca de ochenta muchachos, muchos de ellos ecuatorianos y colombianos. A un menor se le incautó droga y otros fueron sorprendidos bebiendo alcohol. En total, se comprobó que habían entrado en la discoteca 17 zagales con menos de 18 años. En el suelo aparecieron trozos de hachís, que habían sido arrojados al suelo con disimulo en cuanto la policía tomó el local. Hasta la cuatro y media de la madrugada los agentes registraron el local, identificaron y cachearon a clientes y vigilaron que nadie escapara por alguna salida de emergencia. El dueño fue denunciado y en breve la Delegación del Gobierno podría decretar la orden de clausura de la discoteca del balneario 3.