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JAUME RIGO
Es cerca de mediodía, un día despejado y de cielo azul, algunas nubes se aprecian a lo lejos así como también parte de la pista del aeropuerto de Son Sant Joan, lugar donde tiene su base la rama aérea del Cuerpo Nacional de Policía. El cuerpo está compuesto por dos pilotos y un mecánico, quienes a diario realizan vuelos de prevención sobre la ciudad de Palma y sus alrededores, además de entregar sus servicios al resto de las islas del archipiélago balear, en caso que exista alguna llamada de alerta y que necesiten su colaboración.

Los vuelos se realizan por la mañana por prevención, en caso de que se produzca algún accidente, aunque también puede actuar para otro tipo de emergencias, como un incendio. «Desde el aire el campo visual es mucho más amplio y podemos detectar con facilidad si ocurre alguno de estos hechos. Entonces nos ponemos en contacto con los cuerpos pertinentes para que acudan al lugar a controlar la situación», comenta el comandante de vuelo Galán.

Mientras los pilotos revisan sus equipos, el mecánico hace la última inspección al helicóptero y se aprestan a salir después de comprobar que esté todo en perfectas condiciones. «En la cabina lo primero que tenemos que comprobar es el GPS y que los sistemas de comunicación funcionen correctamente, luego solicitar el permiso de vuelo. Una vez que todo está en orden podemos despegar», comenta uno de los tripulantes.

Este cuerpo especial del CNP fue creado hace 25 años como una sección de apoyo específico para colaborar en el cuidado ciudadano. Con el paso de los años, pasó a ser un organismo exclusivamente de apoyo desde el aire.