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La Policía de Calvià ha intensificado los controles de velocidad y de ruidos en distintas zonas del término, ya que ha recibido peticiones de vecinos al respecto. Así, el lunes se llevó a cabo un control preventivo de velocidad en Santa Ponça y ayer otro por Son Ferrer.

En Santa Ponça, el radar se colocó en la Avenida Jaime I y tres motoristas se situaron en la rotonda del golf, unos 300 metros más adelante. En este punto, los agentes paraban a los vehículos que habían sobrepasado el límite de velocidad, identificaban a sus conductores y formulaban la correspondiente denuncia.

En poco más de una hora se pusieron cerca de 30 multas. Algunos conductores no se lo tomaron demasiado bien aunque muchos fueron comprensivos, en parte, porque les habían parado justo después de cometer la infracción y no «como en otros lugares, como en Palma, que colocan el radar, no te paran y un día llegas a tu casa y te encuentras una multa», dijo un conductor.