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JAVIER JIMÉNEZ
La previsión meteorológica acertó. A partir de la media tarde de ayer la situación se complicó con la aparición de vientos huracanados, que alcanzaron velocidades de 152 kilómetros por hora en Alfàbia.

El centro de emergencias del 112 comenzó a recibir llamadas de particulares que alertaban de los efectos del viento. Así, los bomberos tuvieron que realizar intervenciones en Llucmajor, Calvià, Caimari, Sóller, Santa Margalida, Binissalem, Alcúdia y Pollença. En algunos casos, la caída de árboles en caminos y carreteras interrumpió de forma provisional la circulación. El viento llegó acompañado de lluvia, no muy intensa, y de una bajaba considerable de las temperaturas, que hasta hace unos días eran casi veraniegas. Las fuertes rachas no sólo derribaron árboles, también fracturaron cristales de ventanas y arrancaron carteles y algunas vallas publicitarias. Algunas macetas cayeron a la calle, pero afortunadamente no se registraron desgracias personales. En Inca una rama cayó sobre un coche, causándoles considerables daños materiales. Poco después otro gran árbol arrancado por el viento bloqueó la carretera de Caimari, dejando atrapados a decenas de conductores. En Palma, los soportes de algunos adornos navideños de las calles cayeron, y uno de ellos impactó contra un Audi que circulaba por la calle Catalunya. En los juzgados de Vía Alemania un árbol cayó sobre el coche aparcado de una funcionaria.