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JAVIER JIMÉNEZ
Muy en contra del espíritu de los Pancaritats la acampada que celebraron ayer jóvenes de Vilafranca y Petra en el monasterio de Bonany acabó con numerosos incidentes.

Un grupo de siete menores, la mayoría de ellos vecinos de la primera localidad, arrojó de madrugada piedras de gran tamaño contra algunas de las tiendas de acampada y esgrimió un cuchillo para amedrentar a los jóvenes que estaban de romería. Cuando uno de ellos se enfrentó con el grupo fue agredido y recibió puñetazos y patadas. Una de las piedras arrojadas impactó en la cabeza de una chica y al final decenas de jóvenes decidieron marcharse del monasterio, indignados. Los padres de una de las muchachas afectadas relataron ayer a este periódico que «nuestra hija no podía ni hablar, estaba bloqueada. No hay derecho a que unos pocos creen el pánico simplemente porque son violentos».

En Vilafranca existía ayer un profundo malestar por los incidentes de la acampada y algunas familias acudieron al cuartel de la Guardia Civil para interponer una denuncia por amenazas y agresiones. Los siete implicados en los incidentes están plenamente identificados y algunos de ellos son conocidos por otros altercados.