A las dos y cuarenta minutos de la madrugada un vecino de la calle Miquel Costa i Llobera se puso en contacto con la Policía Local de Can Picafort para avisar de que veía salir mucho humo de una casa, a la altura del número 24 de esa avenida. Los bomberos fueron alertados de inmediato y cuando la primera dotación llegó las llamas estaban muy extendidas y habían destruido una habitación. Ya desde el primer momento se sospechó que el origen del fuego era intencionado, según confirmó ayer un portavoz policial. El cristal de una de las ventanas fue fracturado desde el exterior y se encontraron manchas de sangre entre los vidrios, quizás porque el pirómano se cortó. También apareció un martillo, con el que supuestamente el incendiario había roto el cristal.
Las tareas de extinción se prolongaron por espacio de una hora y no fue necesario evacuar a los vecinos, algunos de los cuales siguieron los trabajos desde la calle. El piso calcinado es propiedad de una familia de sa Pobla, y en esos momentos no había nadie en el interior. Una vez que el siniestro quedó sofocado los bomberos comprobaron que el fuego había devastado dos habitaciones y el humo y las altísimas temperaturas habían afectado al resto de dependencias.
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