JAVIER JIMÉNEZ ¿Cuántas muertes harán falta para que se coloquen barreras en la mediana de la autopista de Inca? A Ana María Baque Castro y Vanesa Pérez Pérez la solución les llegará tarde. Las dos mujeres, de 36 y 27 años, murieron ayer aplastadas por un camión que cruzó la mediana tras ser embestido por un conductor bebido. Otra vez la autopista de Inca; otra vez la mediana.
Las dos jóvenes palmesanas circulaban a bordo de un Fiat Punto en dirección a Inca y a las 11.33 horas estaban a punto de llegar a esa ciudad. El destino, en forma de camión hormigonera, se cruzó en su camino. Justo en el otro lado de la autopista, en dirección a Palma, un hombre de 43 años, José Àngel D.T., conducía un potente todoterreno Mercedes ML 230, con matrícula 8427-DFK. El hombre, que triplicó la tasa máxima de alcohol permitida, golpeó contra la parte trasera del camión hormigonera Man que lo precedía. El vehículo pesado, pilotado por David S.J.N., de 23 años, perdió el control tras la acometida y cruzó la mediana. A continuación invadió el carril contrario y aplastó el turismo de Ana María y Vanesa. Las dos féminas murieron en el acto. El camión volcó y el chófer sufrió lesiones de carácter grave. El que tuvo más suerte fue, paradójicamente, el conductor que provocó el accidente, que salió ileso.
El caos se adueñó de ese tramo de la autopista de Inca y las retenciones fueron tremendas, de hasta tres kilómetros y medio en dirección a Inca. El centro de emergencias del 112 coordinó el dispositivo de auxilio y cuando las ambulancias del 061 llegaron a ese tramo de la autopista se encontraron con un drama en el Fiat Punto: las dos mujeres estaban destrozadas, inertes, y no se podía hacer nada por ellas. El camionero, por su parte, estaba severamente lesionado y fue inmovilizado sobre una camilla. Su estado anímico también era preocupante, sobre todo cuando descubrió que las dos chicas habían fallecido. El 112 envió a un psicólogo al kilómetro 24-300 para atender a los familiares de las dos víctimas mortales, que habían sido informados de la tragedia y se habían desplazado hasta el lugar. El subsector de Tráfico de la Guardia Civil, apoyado por la Policía Local, reguló la circulación, mientras un helicóptero de la Dirección General de Tráfico (DGT) sobrevolaba la autopista. El aparato, que durante el verano está en Mallorca, aterrizó en una finca vecina por si era necesario que los sanitarios actuaran de urgencia. Lamentablemente, ya no había nada que hacer por Ana María y Vanesa.
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